martes, 17 de marzo de 2009

Novena a la Virgen Ma.

El dia 25 de Marzo se recuerda la Encarnación del Señor, aqui una novena para preprarnos mejor para ese dia.

NOVENA A MARÍA VIRGEN MADRE

Primer día. 16 de marzo: Pedimos por la paz en el mundo, especialmente por la paz en aquellos lugares donde hay guerra, donde hay injusticia. Y por el final del terrorismo. Roguemos al Señor.

(Padrenuestro, Avemaría y Gloria)

María Virgen Madre, Reina de la Paz, que fuiste enviada por tu Hijo para dar a los hombres un mensaje de esperanza, acuérdate de los que sufren las consecuencias de la guerra y de la opresión. Intercede ante tu divino Hijo para que se conviertan los corazones de los responsables de las naciones y que comprendan que nada se pierde con la paz y todo puede perderse con la guerra y la injusticia. Consigue el milagro de que se arrepientan aquellos que consideran legítima la violencia terrorista sea cual sea el fin que quieren alcanzar con ella.

Segundo día. 17 de marzo: Pedimos por la paz en las familias, especialmente por aquellas cuyos cónyuges se han divorciado o están en trámites para hacerlo. Pedimos por sus hijos y por los abuelos, que sufrirán las consecuencias de la ruptura familiar. Roguemos al Señor.

(Padrenuestro, Avemaría y Gloria)

María Virgen Madre, Reina de la Familia, intercede ante tu divino Hijo para que las familias no se rompan y los hijos puedan crecer en un ambiente de paz y amor. Que los padres comprendan no hay amor sin cruz y que huir de la cruz es huir del amor.

Tercer día. 18 de marzo: Pedimos por la Iglesia, para que exista unidad en torno al Santo Padre y a los obispos. Pedimos al Señor que todos los católicos acepten las enseñanzas doctrínales y morales de la Iglesia y apoyen al Papa. Roguemos al Señor.

(Padrenuestro, Avemaría y Gloria)

María Virgen Madre, Madre de la Iglesia, que como madre del Divino Pastor quieres reunir a todos los hermanos de tu Hijo en un solo rebaño, te pedimos que los católicos amen cada vez más al Papa y que éste se vea protegido de las asechanzas del enemigo, fortalecido en su cuerpo y en su espíritu y obedecido por todos.

Cuarto día. 19 de marzo: Pedimos por las vocaciones sacerdotales y religiosas. Para que haya muchos jóvenes que se den cuenta de que lo más grande que se puede hacer en la vida es dedicarse a servir a los que sufren y en especial a curar las heridas del alma, de las que procede toda infelicidad.

(Padrenuestro, Avemaría y Gloria)

María Virgen Madre, Reina de los consagrados, tú que viviste siempre para el Señor y que siendo una joven le ofreciste tu vida para que Él pudiera servirse de ti en beneficio del mundo, intercede ante Dios, junto a tu esposo San José, para que brote con fuerza en el corazón de los jóvenes la llama de la generosidad, el anhelo por vivir por algo que valga de verdad la pena, el deseo de consagrarse a Dios, el Sumo Bien, la plenitud de la Felicidad.



Quinto día. 20 de marzo: Pedimos por los jóvenes, para que se den cuenta de que el camino del relativismo les está conduciendo hacia la destrucción y vuelvan su mirada hacia Aquel que es el único camino que conduce, a través de la verdad, hacia la vida. Roguemos al Señor.

(Padrenuestro, Avemaría y Gloria)

María Virgen Madre, siempre y eternamente joven, que aceptaste las enseñanzas éticas confiando en que procedían de la sabiduría y del amor divinos, haz que los jóvenes se den cuenta de que no tener valores o tener aquellos que a cada uno le conviene sólo sirve para hacer más triste y desdichada la vida y más difícil la convivencia.

Sexto día. 21 de marzo: Pedimos por la conversión de los pecadores, de todos aquellos que se han alejado de la Iglesia por que ésta les recordaba que sus obras no eran según la luz y después se han vuelto contra ella llenos de odio porque no podían aceptar sus críticas. Roguemos al Señor.

(Padrenuestro, Avemaría y Gloria)

María Virgen Madre, Refugio de los pecadores, que no cierras nunca la puerta de tu corazón maternal ni al más malvado de tus hijos, intercede por todos los que se han convertido en enemigos de Cristo y de la Iglesia, para que se den cuenta de que haciendo daño a la Obra de tu divino Hijo, hacen daño a la humanidad y se perjudican a sí mismos, y dándose cuenta, se conviertan y vivan.

Séptimo día. 22 de marzo: Pedimos por los enfermos, en especial por aquellos que conocemos y queremos. Que Dios les ayude a sanar, si es su voluntad, y en cualquier caso a llevar con alegría su enfermedad y que les haga comprender que pueden ofrecerla por los suyos y por tantas situaciones difíciles que hay en el mundo. Roguemos al Señor.

(Padrenuestro, Avemaría y Gloria)

María Virgen Madre, Salud de los enfermos, protege especialmente a nuestros amigos y familiares que están sufriendo en su cuerpo o en su espíritu. Ayuda en particular a los que se sienten ya sin fuerzas y a los moribundos. Intercede para que puedan recuperar la salud y para que aprovechen su sufrimiento para ser corredentores contigo en la Obra de la Salvación llevada a cabo por ti divino Hijo.

Octavo día. 23 de marzo: Pedimos por los que están padeciendo la crisis económica, para que encuentren un trabajo digno y bien remunerado que les ayude a llevar delante su familia. Pedimos también para que se den cuenta de que su situación se debe a la falta de normas morales que ha traído el relativismo . Roguemos al Señor.

(Padrenuestro, Avemaría y Gloria)

María Virgen Madre, Esposa del carpintero San José, te pedimos que ilumines con tu luz a los que dirigen los destinos de las naciones y a los que pueden lograr un cambio en la situación económica del mundo. Que comprendan que hay un Señor por encima de ellos que les juzgará algún día y que deben utilizar su poder para servir al pueblo. Que todos, gobernantes y gobernados, se den cuenta de que la crisis económica se debe a la falta de principios morales objetivos basados en la realidad.




Noveno día. 24 de marzo: Pedimos por las víctimas del aborto, así como por aquellos que participan en ese crimen abominable: las mujeres que matan a sus hijos, los profesionales que los llevan a cabo, los legisladores aprueban leyes abortistas y los periodistas que presentan el aborto como un derecho que la mujer tiene que reclamar.

(Padrenuestro, Avemaría y Gloria)

María Virgen Madre, Reina de la vida, tú que llevaste en tu seno virginal al Dios de la vida, tú que corriste el riesgo de ser tratada como una madre soltera y a pesar de ello aceptaste tener a tu hijo, ayuda a las mujeres que están tentadas de matar a sus criaturas para que no cometan ese gravísimo pecado. Que las mujeres embarazadas lleven hasta el final la custodia del hijo que llevan en sus entrañas y que reciban la ayuda que necesitan en los momentos difíciles que atraviesan. Convierte también el corazón de todos los que participan en ese horrible crimen, para que se den cuenta de que la vida humana es sagrada desde su concepción hasta la muerte natural y que debe ser defendida siempre y a toda costa.


25 de marzo, Fiesta de la Anunciación del Ángel a María y de la Encarnación del Señor, fiesta de María Virgen Madre y aniversario de la aprobación pontificia de los Franciscanos de María: Pedimos por los Franciscanos de María, para que su misión del agradecimiento se extienda por el mundo y sean cada vez más los que, a imitación de la Virgen, amen al Amor y se dediquen a hacer amar al Amor. Roguemos al Señor.

(Padrenuestro, Avemaría y Gloria)

María Virgen Madre, Madre de los pobres, modelo de unidad y modelo de agradecimiento, que pusiste en el corazón del fundador de los Franciscanos de María la pasión por defender los derechos de Dios y de la Iglesia y le hiciste entregarse a la misión de amar y hacer amar al Amor, que es tu Hijo, pon ese mismo fuego, acrecentado, en nuestros corazones. Que nos dediquemos con toda el alma y con todas nuestras fuerzas a la tarea de que los hombres comprendan que tienen una deuda de agradecimiento con Dios y que sólo cuando la satisfagan encontrarán la felicidad que buscan. Que los Franciscanos de María se extiendan por el mundo como misioneros del agradecimiento, imitándote en todo a ti, al servicio del Papa y de la Iglesia. Multiplica sus vocaciones, anima a sus laicos a que se introduzcan en el mundo como levadura en la masa. No nos desampares, Santa Madre de Dios, pues tú eres siempre nuestra esperanza, la abogada que intercede por nosotros sin tener en cuenta la escasez de nuestros méritos. Aquella por la que decimos que, entre nosotros, todo lo ha hecho María.

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